30 de Noviembre de 2015
Shock o Gradualismo ha sido la discusión de los últimos meses en la Argentina futura, esto a sepultado la opción de seguir con una metodológica basada en la administración de los desequilibrios que llevo al estancamiento y deterioro de todas las variables económicas.
Es importante apreciar, que en la discusión sobre la aplicabilidad de ambas propuestas, se coincide en el diagnostico de los problemas, a los cuales se les va tener que prestar atención.
Hoy la realidad económica nos marca que el gobierno de Cristina nos deja:
En Resumen
Entre tantos desequilibrios macroeconómicos, el atraso cambiario y falta de competitividad de todos los sectores productivos representa un desafío ineludible para el nuevo Gobierno, y es la principal causa de la descontrolada Emisión de Pesos que actualmente llega a 570.000 millones el circulante, que en 2010 no superba los $160.000 millones.
Hoy el Tipo de cambio oficial es de $9,70 por dólar, si tomamos este último nivel de pesos circulante y lo dividimos por el tipo de cambio las reservas equivalentes deberían ser U$S 58.000 mil millones, la realidad nos muestra que hoy las reservas liquidas son inexistentes o negativas, lo cual implica que: “o baja el nivel de pesos circulante o aumenta el tipo de cambio”, una muestra mas de los desequilibrios reinantes.
Quizás la pregunta que deberíamos hacernos es : ¿Ya hemos pasado por una situación similar??, si Claro!!, hemos tropezamos con todas esas piedras a final del ciclo Menemista en 1999, la única diferencia a esta es que en ese entonces la economía no tenía cepo cambiario y no era inflacionaria, esto último no lo empeora ni lo facilita, solo suma una dificultad más…
Hay algo que rescatar de este paralelismo, el gobierno que heredo esta realidad descripta (La Alianza) aplicó una política de administración de la crisis, bien podríamos llamarlo gradualismo homeopático, la cual terminó en los acontecimientos del 2001.
Entre tantos desequilibrios macroeconómicos que padece hoy la Economía Argentina, el atraso cambiario y falta de competitividad de todos los sectores productivos suman un desafío ineludible para el nuevo Gobierno, como consecuencia de esto, tenemos una descontrolada Emisión de Pesos que actualmente llega a 570.000 millones el circulante, que en 2010 era de 160.000 millones de pesos, si tomamos el nivel de circulante actual y lo dividimos por el tipo de cambio oficial las reservas equivalentes deberían ser de U$S 58.000 mil millones algo que esta muy lejos de la realidad. Esto nos obliga a bajar el nivel de pesos o aumentar el tipo de cambio.
Cuáles son las Alternativas?, claramente podemos reconocer dos, que son las que han estado identificadas por los candidatos en la campaña electoral, el shock o el gradualismo, y vamos a proponer una tercera a la que llamaremos “La Alternativa Austral”.
Indistintamente de cualquiera de las opciones que se aplique, tiene que tener como fin, hacer retomar a la economía argentina a una senda de crecimiento y desarrollo, con el menor costo social posible, aunque sea este una variable imposible de despejar.
Cualquiera de las opciones debería contener:
Veamos las alternativas:
El Shock
El Problema de este Modelo
«Ser Jefe del sector Político Gobernante es un factor muy Importante.»
El Gradualismo
El Problema de este Modelo
(*)La Eternidad de Ajustes Homeopáticos, va tener que soportar una Estanflación prolongada y Costosa
“La Alternativa Austral”
Dentro de los desequilibrios que hemos enumerado el Problema del Cepo, la Inflación, el Gasto Público y el Valor del Dólar son desequilibrios que exigen ser atendidos en simultaneidad.
Cuando se habla de las batallas de gobernabilidad en la argentina, esta se asocia siempre a la conquista de la provincia de Buenos Aires, sin embargo la gran batalla que se avecina no se ciñe al campo de la política, sino a la resolución de los problemas económicos que consoliden al nuevo gobierno y le den estabilidad política, resolver el Cepo, encaminar la inflación, acomodar el gasto público, reducir el déficit fiscal y adecuar los precios de la economía via modificación del tipo de cambio, y hacerlo con el menor impacto posible al bolsillo de los trabajadores y sin agudizar aún más el proceso recesivo y sin impacto en los precios, será la madre de las batallas.
Si no se levanta el Cepo, no van ingresar nuevas inversiones, algo necesario para recuperar dólares en el banco central, ampliar la capacidad productiva y resolver los problemas de inflación por restricción de oferta, sin embargo, levantar el cepo sin antes reducir la cantidad de pesos en el mercado, via emisión de bonos, sean optativos, persuasivos o compulsivos, seria un enorme riesgo, ya que eso pesos se irían a un dólar que prácticamente no existe físicamente, dispararía descontroladamente su valor, y terminaría impactando de una forma no deseada en los precios y la capacidad de compra del sector asalariado, reduciendo el principal motor del sostenimiento de la actividad económica, el consumo Interno.
Por otro lado, si no se baja el Gasto Público, será difícil bajar la emisión monetaria y como consecuencia la inflación, sin embargo una baja del gasto público, reduciría significativamente el consumo público, ya que el estado es un consumidor del mercado interno, también la inversión que este mismo hace, también afectara los subsidios que sin la baja o eliminación de ellos no se podrá restringir la emisión de pesos y conseguir con ello un valor del dólar razonable. Para unificar su valor en lo que hoy es el precio del Blue, debería bajar la cantidad de pesos circulantes en mas de 100.000 millones de pesos.
Por último, si no se modifica y se unifica el valor del dólar, no se van a poder corregir los precios relativos de la economía y ponerlos en función de los bienes transables, para estimular las exportaciones, esta condición generaría un aumento de la producción, el ingreso de dólares, recuperar el superávit comercial que permita financiar el gasto público sin necesidad de mantener los niveles de emisión de pesos actuales, sin embargo, estas corrección de los precios relativos exigirá una política de compensación a las importaciones de Bienes necesario para la actividad industrial, como es el caso de insumos a la producción de autos y la energía, que se verían encarecidos por el aumento del valor del dólar.
Como se ve, la situación es bien compleja, todo un desafío a la iniciativa, la innovación, la creatividad, el equilibrio, la prudencia, el dialogo, el acuerdo y la moderación. Como ya vimos, el shock y el gradualismo tienen sus problemas, quizás sería tiempo en base a la experiencia de lo que paso en estos años de democracia de elegir un camino intermedio, a esta avenida central bien la podremos llamas “La Resolución Austral”, la cual implicaría una variante a las otras dos, con algunos matices particulares que contempla las premisas expuestas, esto incluiría las siguientes medidas.
Quizás estas medidas pueden resultar duras, ingeniosas, audaces, etc.. seguramente cada lector encontrara el mejor calificativo, sin embargo el secreto del éxito consiste en lo que consagra su mismo título, El Acuerdo Nacional, sin acuerdo de todos los sectores en su mas amplio abanico, no se podrá llevar a cabo un plan como el propuesto, que por mucho o poco que parezca mediante el acuerdo se puede producir el congelamiento de la economía que garantice el menor impacto de todas estas medidas a la clase trabajadora, que constituye la enorme masa de consumo. A pesar de trágico que parezca no queda mas remedio después de la década ganada, pasar un pequeño purgatorio en la Era de Hielo.